Marcos Uriarte
2004, Santander
#89, MiniGP 140
Marcos Uriarte lleva la velocidad en la sangre, pero se enfrentaba a un problema: en Cantabria no hay circuitos de velocidad. Marcos había empezado sobre dos ruedas en el motocross, pero al tiempo su familia decidió cambiarlo al asfalto. Eso, unido a una visita al box de Julián Miralles cuando tenía a otro cántabro ilustre entre sus filas, a Román Ramos, le llevó a la Cuna de Campeones.
“Corremos la Cuna, principalmente, porque es el mejor sitio para formarse y correr experiencia. En Cantabria no hay velocidad, así que decidí un fin de semana pasar por el box de Miralles, hacerle una visita y dar el cambio al asfalto desde el motocross”, detalla su padre.
Marcos llevaba desde los dos años sobre una moto, aunque su primer vehículo de dos ruedas lo tuvo con cuatro años: una Yamaha TTR 50 de 3 velocidades y embrague automático. “Aprendió muy pronto a cambiar, parecía que había nacido para ello, y con solo 5 años ya pilotaba una KTM 65 de motocross. Las maneras con las que lo vi pilotar desde el primer día fueron lo que nos motivó para prepararlo para competir”, recuerda su padre.
Pero este cambio no le ha llevado a dejar olvidado el motocross, ya que le sirve para entrenarse y prepararse. De las carreras, a Marcos lo que más le gusta es “el ambiente, sentir que está en su sitio, en las carreras, competir y divertirse con el resto de pilotos”.
La mayor aspiración de Marcos para esta temporada era ser campeón de la Cuna, un objetivo que nos explicaba su padre antes de la carrera de Alcañiz, en la que por mala suerte sumó dos ceros que le complicaban mucho sus opciones. “Sería el primer cántabro y lucharía poco a poco por ser el futuro piloto cántabro de referencia a nivel nacional. Si económicamente nos lo podemos permitir, que está la situación difícil, veremos la posibilidad de correr en PreMoto4 de la Cuna de Campeones”, afirma su padre. La trayectoria de Marcos tiene largo recorrido.